La Unción de Dios te mantiene despierto para la voz del Majestuoso Dios quien habita cerca y toca tu corazón y alma para recibir de Ti el derecho de actuar de tu parte y así poder concretar Sus promesas en Ti. Para recibir Su Unción solo hay un requisito…ser consumidos de pasión por El.
La Unción de Dios limpia el templo de tu cuerpo para que así pueda habitar Su presencia en Ti. La limpia cuando la llena de Su Gozo, la llena de Su Poder y te hace hábil de bendecir a otros alrededor tuyo y a través de eso bendecirte a ti también.
Te llena de gratitud hacia Dios, declarando el final desde el comienzo en tu vida, con claridad, articulando Sus pensamientos, te protege, te da fuerza sobrenatural, te refresca, te renueva, te santifica cada nuevo día.
Así fuimos cableados desde que Dios creo al Ser Humano en el Edén. Y Dios dijo: “ES BUENO”.
Hoy tenemos la oportunidad cada nuevo día de acceder a esa Gracia de Dios, para eso fuimos creados, para habitar en el favor de Dios.
Solo toma ser apasionados por Su AMOR. Consumidos de Pasión por El.
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