Cuando lo necesites...Su voz

Como evalúas tu éxito?

Tienes dos opciones al hacer una evaluación de tu éxito: Comparas tu estado actual con el que tuviste hace algún tiempo y en base a eso rescatas lo ganado. La segunda opción es el que compares tu estado actual contra el lugar a donde quieres llegar. No me refiero a un lugar a donde la gente te quiere ver, o aun lugar en donde piensas estarías bien. Me refiero a un éxito de verdad, a un lugar real. Sabes ya cual es ese lugar?

Aun mejor que eso, es saber con quien estas caminando hacia ese lugar.

Nuestro destino esta escrito, por Dios. Nosotros diariamente caminamos hacia ese destino planeado por EL. Muchas veces dudamos de no verlo consolidado en “nuestro” tiempo (cuando YO quiero!). Lo real es que lo bueno toma su esfuerzo de nuestra parte, y el llegar es tan placentero como el camino. Un destino diario en el que además por sobre todas las cosas conoceremos a aquel que creo nuestra vida, detalle a detalle.

Saber que vivimos con Dios diariamente no es un aire místico de saber de su existencia, pensar o confiar con la mente. Tenemos diariamente que confiar con el corazón. Con el corazón. Con el corazón. Con el corazón.

Saber que El sabe mi nombre, que El me ve a cada paso, saber que El tiene mi vida en sus manos, eso es lo que me alista a seguir luchando sin importar que mis ojos naturales no vean cambio alguno. Aun me quedase sin ningún cabello, jamás me quedare sin Cristo. Jamás.

Recibir a Jesús en mi vida es algo que muchas veces me genera dolores de cabeza. Cuando quiero las cosas a mi modo y en “mi” tiempo. Pero, afortunadamente Dios sabe que trato de ser honesta a cado paso que doy y en todo lo que tengo y hago. Eso le da pie a El de tomar el control de mi vida y restaurarla cada día. Dios no se enfada cuando le digo que tengo miedo, que tengo rabia, que odio algún suceso, que tengo ansiedad, que tengo deseos. A Dios le fascina que seamos honestos, que le expresemos en palabras honestas lo que pasa por nuestro corazón y mente. El lo entiende, nos corrige con amor, y nos ayuda. Por eso El es mi Padre. El es Nuestro Padre. El es.

Para obtener una respuesta de Dios, solo necesitamos hablarle. Para cuando lo necesitemos, toca ser reverentes y esperar en silencio en nuestro corazón por Su presencia. Su voz a nuestro corazón es lo mas dulce que hay. Más dulce que una fuente gigante de Rice Crispi con Marshmallous derretidos, más dulce que una Lasaña después de tres días de ayuno, más dulce que el primer beso, más dulce que la Vida misma. Su voz es lo mas dulce. El es Bueno.

Dios es completamente Bueno. El lo Es.


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