La Batalla es mental, emocional, espiritual y física

Gálatas 6:2-5 “ Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.3 Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.4 Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie.5 Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.”
Todos y cada uno de nosotros tenemos una gran Responsabilidad, la de hacer la Voluntad de Dios y obedecer todo lo que El nos ha amorosamente mandado. En resumen, como Dios dice en Su Palabra: “Si hacen las cosas que Yo Dios les envío, Si siguen MI ejemplo, Si hacen lo que les ordeno, Si se aman unos a otros, Si aman y perdonan como YO, entonces…así sabre que verdaderamente me aman.

Todo suena muy bonito. Así es que nos levantamos por la mañana cantando en la ducha, desayunamos sonriendo y salimos al mundo. Cuando de pronto, lo inesperado…Alguien, nos ofende. Auch!!

Como ocurre la ofensa? Primero en nuestro orgullo. El sabernos tan tranquilos, y que de pronto alguien irrumpa nuestra Paz, es un sentimiento natural tratando de convencernos que nuestros esfuerzos anteriores no han valido la pena, que no vale la pena orar, que la gente que tenemos en frente tampoco vale la pena. Luego, si caemos en el “sueño” de ganar o ganar, entonces, ya perdimos pues nos han dominado los sentimientos y no la verdad que es…que nosotros estamos diseñados por Dios para dominar todo sentimiento adversario y radicar o habitar en el perdón y en la misericordia.

Que guarda tu corazón? Una actitud de perdón es necesaria para que podamos terminar el día sin andar cargando una valija de tropiezos, memorias, interrupciones. La actitud de perdón nace desde un corazón redimido, alguien que sabe el precio que JESUS de Nazaret decidió pagar por amor a nosotros. En respuesta a su amor por nosotros es que intentamos amar como El. Al decidir no hacerlo (orgullo) le cerramos la puerta al único que nos puede ayudar, no esos libros de “auto-ayuda”. Lo que hacemos al no perdonar correctamente es acumular residuos de dolor, frustración, cólera. Lo peor de todo no es eso. Lo peor es que estas cargas espirituales nos “ciegan” completamente y no tan solo nos perdemos de escuchar el consejo de Dios para vivir bien, mas aun, nos perdemos la posibilidad de amar a otros. Solo Dios sabe como amar perfectamente, por ende, solo El nos puede enseñar esa lección.

Cual es la forma diseñada por Dios para nosotros poder ofrecer perdón a otros? El diseño de Dios es aquel que Cristo hizo. Jesús oro en el monte de los Olivos y el saber que al recibir la culpa de nuestros errores, pecados (como quieras llamarle) se distanciaría de Su Padre (pues Dios no habita en el pecado) Cristo entonces sudo gotas de sangre. Pero, con todo y lo que le costo inclusive ser torturado por el mundo, con todo y eso logro revelarnos su gran corazón y estableció el ejemplo.

La Oración de Perdón (va más o menos así). “Dios, Yo elijo perdonar a mi padre por habernos abandonado a nuestra familia. Yo elijo hoy el vivir con las consecuencias de su pecado, y no cargar este pecado a su cuenta. Pero Dios, cuando El nos dejo, Yo me sentí miedoso. Yo me sentí abandonado. Yo me sentí rechazado y solo. Tomarías tú el dolor por este pecado, y lo arrojarías fuera de mí? Tomarías este dolor y lo pondrías en la cruz, donde pertenece? Dios gracias a ti por tu disponibilidad a tomar de mi lo que yo no puedo soportar.”

Que corre por mi mente después de haberle entregado a Dios mis cargas?
Yo digo: me siento cansada
Dios dice: Yo Dios, puedo tomar todas tus cargas

Yo digo: estoy muy agotada para leer mi Biblia
Dios dice: Todos los que estén cansados vengan a mí y Yo revitalizare todos sus huesos

Yo digo: creo que me va a dar gripa
Dios dice: El, molido fue por nuestra iniquidad y sanos somos por Sus heridas

Yo digo: me da flojera alabar y adorar a Dios
Dios dice: En Mi gozo esta Tu Fortaleza!

Yo digo: ya no puedo más!
Dios dice: Clama a mi y Yo te responderé y te enseñare cosas secretas que tu no conoces

La Batalla es diaria. En la mente (nuestras dudas de Su Soberanía). En las emociones (cuando no nos aferramos a Su poder). En el espíritu (lo que nos separa de Dios cuando no le buscamos reconociendo a Jesús). En el cuerpo (la manifestación de nuestras cargas espirituales). Despiérta! Despiérta! Porque Tu Y Yo tenemos a un Rey de Reyes esperando a que alcemos nuestra voz y le llamemos. Dios esta en el Trono de la Gracia. El vive para amarte. Lo hace. Lo hace! Créele.

Dios nos llama. Dios te llama. Sigue Su ejemplo. Despiérta! Síguele!

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