Al Taller del Maestro

La verdad. Es en nuestro corazón en donde descansan todas nuestras creencias. Cada una de estas creencias naturalmente atrae hacia nuestra vida todo aquello que cada creencia es. Si tenemos un ídolo lo que sucede es que nos convertimos exactamente en lo que una representación de arcilla es: No podremos ver a Dios, No podremos escuchar a Dios, No podremos decir nada de valor, No podremos caminar hacia Dios y tampoco podremos brindar nada precioso. Cuan tierno puede ser el abrazo de un pedazo de arcilla o las palabras de consuelo de un adorno, de un dibujo? Tristemente nada. Lo peor que puede pasar es que siendo Dios el único que nos dirige hacia todo lo que El tiene para nosotros, si permanecemos en adorar a “algo” que no sea Dios mismo, jamás conoceríamos Sus planes para nuestra vida. La verdad sobre Dios debe ser nuestra principal creencia.

Nos sucede igual con las personas que nos rodean, si tenemos alguien de nuestra confianza absoluta. Cuando permanecemos mucho tiempo al lado de esa persona y conforme pasa el tiempo, te das cuenta no solamente de que te comportas como aquella persona (peor aún) te sentirás inclinada a sentir lo que esa persona siente, atraídos hacia lo que exactamente esa reproducción, persona, hobby, etc., es. Cuan lejos puede llevarte algo o alguien que no tiene la Soberanía Absoluta? Odio eso! Porque lo sigo haciendo. El ídolo muchas veces soy yo misma cuando trato de darle ideas a Dios y no descansar en lo que El quiere hacer en mi vida. Eso tampoco lo guarda El en ninguna representación material, física, palpable. Eso lo guarda solo en Su Corazón el que no puede ser esculpido, sin embargo, permanece al alcance de la humanidad. Solo toma el buscarle, simplemente alzar nuestra voz y esperar en El.

Nuestro corazón (la verdad a cerca de Dios) debe de seguir a nuestro Tesoro. Nuestro tesoro es aquello que controlará nuestra vida naturalmente. Si nuestro corazón es engañado y lo dejamos que nos lidere, entonces, nuestro tesoro serán todas aquellas mentiras con las que hemos sido engañados. Las veces que sufrimos por algo solo toma llevar a La Cruz todo aquello y ser liderados por lo que sabemos de Dios, no por el dolor. Por eso Dios debe de ser el centro. El es inmutable.

Seguramente darle el control al principio no es nada agradable. Por lo pronto temeremos que la primera herramienta sea un Martillo. Alguna vez haz estado en un Taller? Espero que tu si, yo todavía no. No en un taller de esos en donde reparan cosas. El Taller del Maestro? Si, en ese permanezco muy a menudo, aunque debería de estar ahí las 24 horas, aun tengo miles de sentimientos distorsionados en mi corazón, aun estoy aprendiendo a dejarme llevar por su paciencia y confiar en su fuego restaurador. No es acerca de lograr pensar otros pensamientos o reír cada vez que quieres fruncir tu rostro, es más que eso. Es lograr naturalmente amar a la gente, especialmente cuando estas herido y eso es algo que no se va a detener. Es para toda la vida. Este Mundo necesita mucha compasión de aquellos que si podemos ayudar. Tú puedes también!

Afortunadamente El Taller del Maestro esta abierto las 24 horas, los 7 días de la semana y por la ETERNIDAD. Tócale la puerta también. Sabiamente dale el control a Dios y lidera tu corazón hacia El. Te asombrarás.

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