Hay dos formas de Luchar.
“Venid, comed de mi pan,
Y bebed del vino que yo he mezclado.
Dejad las simplezas, y vivid,
Y andad por el camino de la inteligencia". (Prov.9:5-6)
La tan llamada Biblia (la palabra significa “libros”) contiene una recopilación de documentos, cartas, poemas, canciones, etc. Todas ellas están inspiradas en Dios, en una de estas cartas dirigida al pueblo de Corinto (extremo sur de Europa) Pablo escribe así:
“Antes bien, como esta escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le
aman.
Pero Dios nos las revelo a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escrudiñar, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quien de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que esta en el? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para el son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero el no es juzgado de nadie. Porque ¿quien conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” ~1Cor2:9-16
Diariamente luchamos contra algo. Luchamos en contra de pensamientos vanos, luchamos en contra de las injusticias, luchamos en contra de algo desagradable.
En ocasiones luchamos por cosas “que consideramos” fuera de nuestro plan de vida. Pero como sabemos si aquello contra lo que luchamos es “nuestro enemigo”, como sabemos? Como sabemos si nuestro verdadero enemigo duerme en sus laureles paciente de que no le reconozcamos, como sabemos? Cual es la raíz de aquello por lo que luchamos? Vale la pena luchar por aquello? Si? Porque? Solo alguien puede responder a todas esas preguntas. Ese alguien nos abre los ojos a re-conocer la verdad de las cosas y saber “contra” que verdaderamente luchar. Quien nos puede dirigir? Solamente Dios.
“Venid, comed de mi pan,
Y bebed del vino que yo he mezclado.
Dejad las simplezas, y vivid,
Y andad por el camino de la inteligencia". (Prov.9:5-6)
La tan llamada Biblia (la palabra significa “libros”) contiene una recopilación de documentos, cartas, poemas, canciones, etc. Todas ellas están inspiradas en Dios, en una de estas cartas dirigida al pueblo de Corinto (extremo sur de Europa) Pablo escribe así:
“Antes bien, como esta escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le
aman.
Pero Dios nos las revelo a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escrudiñar, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quien de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que esta en el? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para el son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero el no es juzgado de nadie. Porque ¿quien conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” ~1Cor2:9-16
Diariamente luchamos contra algo. Luchamos en contra de pensamientos vanos, luchamos en contra de las injusticias, luchamos en contra de algo desagradable.
En ocasiones luchamos por cosas “que consideramos” fuera de nuestro plan de vida. Pero como sabemos si aquello contra lo que luchamos es “nuestro enemigo”, como sabemos? Como sabemos si nuestro verdadero enemigo duerme en sus laureles paciente de que no le reconozcamos, como sabemos? Cual es la raíz de aquello por lo que luchamos? Vale la pena luchar por aquello? Si? Porque? Solo alguien puede responder a todas esas preguntas. Ese alguien nos abre los ojos a re-conocer la verdad de las cosas y saber “contra” que verdaderamente luchar. Quien nos puede dirigir? Solamente Dios. 
El diseño de Dios es poder hablarnos de muchas maneras para guiarnos. Para lograr “Luchar contra el verdadero enemigo.” No hay otro camino certero. Muchas puertas, distracciones, ideas, soluciones extremas, buenas intenciones. Pero la perfecta Voluntad de Dios, es solo una. Escúchala de El mismo. Buscándole en Oración. Solo Dios sabe todas esas cosas que debemos apartar de nosotros y aquellas por las que debemos de “Luchar para restaurar la voluntad de Dios”. Solo Dios nos puede decir esa Verdad. Escúchalo…El lo hace de nuevo…shhhhh…Escúchalo hablar… Déjate guiar por El.
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